martes, 18 de septiembre de 2012

Bárbara de Braganza, del monasterio de Mafra al de Las Salesas Reales. (y III)





La familia de Fernando VI, por Amiconi. 1752.
Grabado por Joseph Flipart.

El marqués de la Ensenada, ministro de Hacienda, Guerra y Marina, pidió a la nueva reina que utilizase la influencia de su padre, el rey de Portugal, para conseguir una paz duradera con su tradicional aliada Inglaterra. Bárbara mantendrá entonces una asidua correspondencia  con D. João V compuesta por 56 cartas donde la instruye, entre otros temas, sobre cómo actuar ante dos de las principales potencias europeas:


Francia tiene mucho poder y mucha ambición (...) y para conseguir sus fines, algunas veces no repara en que los medios sean lícitos o ilícitos, e incluso contrarios al honor y al decoro.
Los ingleses ni son más moderados ni menos ambiciosos y violentos cuando se trata de sus intereses.
 
Retrato de D. João V, rey de Portugal.
A través de estas cartas se puede cotejar la inteligencia, el carácter, la seguridad y también la ternura de esta mujer casi día a día y la rapidez con que captó la esencia de cómo gobernar  de la forma más conveniente pero con el mayor de los respetos.

Esta correspondencia fue nuevamente motivo para la maledicencia de la reina viuda hacia Bárbara. Pero, genio y figura hasta la sepultura, por lo que la italiana se sintió más humillada fue por la aceptación de Farinelli para pasar al servicio de los nuevos reyes y no continuar al de ella. 



Retrato de Farinelli, por Corrado Giaquinto.
Fernando VI y Bárbara de Braganza, al fondo.

Farinelli valoró más los sentimientos hacia él y los conocimientos musicales de la nueva reina que el caracter dominante de su compatriota. La reina viuda propagó enseguida el bulo de que ante la frustación física que el rey le provocaba, la reina habría iniciado una relación sentimental con Farinelli basándose en la gran influencia y cofianza que esta le había otorgado en la corte.

La crisis se resolvió en 1747 invitando a la reina viuda a volver a residir en La Granja quien, aún no del todo satisfecha, mandó construir muy cerca el palacio de Riofrio, de estilo italiano, a imagen y semejanza del aún inacabado palacio de Oriente de Madrid.

 
Vista del palacio de Riofrio. Segovia.
A finales de 1748 se firmó un tratado de paz entre Francia e Inglaterra que permitió retirar las tropas españolas en el continente e iniciar la tan deseada política de los nuevos reyes de Paz con todos y guerra con nadie, así como las grandes reformas iluministas que producirían sus verdaderos efectos en el siguiente reinado.

Conscientes del hecho de que no irían a tener descendencia, se preocuparon de las condiciones de la maternidad y sanidad públicas que mitigó la alta mortalidad infantil, mejoró la profilaxia de los servicios médicos y la regularidad de la limpieza de las calles.

El patrocinio de las artes les lleva a fundar la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, institución cuya importante labor cultural perdura hoy en día.


Fachada de la Real academia de Bellas Artes de San Fernando.

Inaugurado en 1753 en la real Casa de la Panadería, en 1773 se trasladó por falta de espacio a su sede actual, en el Palacio de Don Juan de Goyeneche. Construido en 1715 por José Benito de Churriguera en estilo barroco, fue posteriormente remodelado en 1774 por Diego de Villanueva, quien le dotó de la fachada neoclásica actual.

El siguiente grabado refleja el estado anterior a la reforma en su mitad izquierda y el estado reformado en su mitad derecha. Disponía de un zócalo con almohadillado rusticato que fue alisado, portada, balcones y elementos ornamentales barrocos en cornisa y balaustrada que fueron modificados según el nuevo gusto neoclásico de la Ilustración. 

El Palacio de Goyeneche antes y después
 de la reforma de su fachada. Grabado.

El nombre de Bárbara, cuyo nacimiento dio origen a la creación del monasterio de Mafra en Portugal, ahora quedaría unido al de la fundación del convento de Las Salesas Reales e iglesia de Santa Bárbara. Sería la más noble y refinada arquitectura religiosa que se realizó en Madrid durante el siglo XVIII.

Las obras de la iglesia de Santa Bárbara, junto a las del convento, fueron iniciadas en 1749 por el arquitecto François Carlier, con la colaboración de Francisco Moradillo, y se concluyeron en 1757.

Se sabe que la reina utilizó sus propios fondos privados para la fundación de dicho monastério, destinándolo a monjas de la orden francesa de la Visitación.


Real Convento de la Visitación, vulgo las Salesas.
Grabado. 1758. 
 

Junto a la diabetes aguda e hipertensión, su salud comenzó a debilitarse. A pesar de no quejarse nunca de sus propios males, los médicos le recomendaron, al final de la década de los cuarenta, que pasase más tiempo en Aranjuez por tener un clima más suave.

A Bárbara le agradaba especialmente aquel palacio por estar al borde del río Tajo, o Tejo, el mismo río de su amada Lisboa de la que nunca se olvidó en los casi cuarenta años que vivió en España.



Fernando VI y Bárbara de Braganza en los jardines del
Palacio de Aranjuez, por Francesco Battaglioli.

En 1750 recibe un duro golpe con la muerte de su padre y en aquel mismo año se firma entre ambos reinos el Tratado de Madrid por el cual se fijaron los límites de Brasil. Esto provocó críticas de los sectores iluministas portugueses que la acusaron de no aprovechar la gran influencia que ejercía sobre su marido. La muerte su madre en 1754 y el terremoto de Lisboa de 1755 son otros duros episodios que acabarían por agravar su salud.

Después de inaugurar solemnemente en 1757 el monasterio de Las Salesas Reales que albergaba los sepulcros de la pareja real, la reina vuelve vuelve sola al lugar para hablar con las monjas. Dos meses antes había muerto Scarlatti y, según contaron las monjas, había vuelto para despedirse de ellas pues sufría dolores agudos de útero.

Aunque dejaba todo dispuesto en su testamento para la manutención del monasterio no pudo evitar la ironía del pueblo madrileño que el día de su inauguración puso un pasquín en la puerta del edificio que decía:


Bárbaro edificio, bárbara renta, bárbaro gasto, Bárbara reina.
Sección longitudinal de la iglesia de Santa Bárbara.
François Carlier. 1753.
Vista de la fachada de la iglesia de Santa Bárbara desde el monasterio
 
El empeoramiento del estado de salud de la reina comenzó a deprimir a Fernando, quien por primera vez desde que subió al trono, abandonó los asuntos de gobierno para ocuparse exclusivamente de ella. Recluidos en Aranjuez, la reina murió el 27 de Agosto de 1758 a los cuarenta y seis años, tras una dura agonía, con cancer de útero.

El rey se retiró a meditar al castillo de Villaviciosa de Odón dejándose arrastrar por la misma melancolía y estados de agitación que sufriera su padre. El 10 de Agosto de 1759, casi un año después que Bárbara, murió Fernando VI, reuniéndose definitivamente con su amada esposa en el monasterio de Las Salesas Reales.
                                                                              
                                                                      
    
Bajorrelieves en mármol de Fernando VI y Bárbara de Braganza.
 Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.
Foto: Pessoas en Madrid

 
Hasta la llegada del heredero de Fernando desde Nápoles, su medio hermano Carlos III, Isabel de Farnesio asumió la regencia del reino, quien pudo ver realizado su mayor sueño de ver coronado a su primogénito como rey de España. La rival implacable de Bárbara de Braganza murió en 1766 con setenta y tres años en Aranjuez, casi ciega, donde su nuera había sido más feliz.

Madrid dedica a esta gran reina una calle con su nombre en el barrio de Justicia del distrito Centro, justo a continuación de la dedicada al rey Fernando VI. En la plaza de la Villa de París, lugar donde se encontraban las huertas del convento de las Salesas, hay una bonita escultura de Bárbara de Braganza ejecutada por Mariano Benlliure en 1887 muy cerca de otra más antigua dedicada también a su marido.


Estatua de Bárbara de Braganza.
Mariano Benlliure. 1887.
Foto: Alejandro Blanco




Artículos relacionados:
Bárbara de Braganza, del monasterio de Mafra al de las Salesas Reales (I)
Bárbara de Braganza, del monasterio de Mafra al de las Salesas Reales (II)

BIBLIOGRAFÍA
Infantas de Portugal, rainhas em Espanha. Marsilio Cassotti. A esfera dos livros. 2012

FUENTES
Fundación COAM
Biblioteca Nacional de España

10 comentarios:

  1. Hola Antonio, como ya te he comentado, muy bonita la serie, y novedosa.
    Me ha llamado mucho la atención el grabado de la puerta de la Academia antes y después de la reforma, no lo conocía. Solo conocía la puerta de Churriguera por el trampantojo que hay actualmente en la propia Academia. Así que me ha encantado verlo.
    Gracias y enhorabuena por los artículos.

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    1. Gracias a ti Mercedes,
      Como te decía en tu último post, hemos coincidido en la época y en la fuente de información que ofrece el Museo de la Real Academia de San Fernando. Si tuviera que elegir entre las dos fachadas tendría dudas. Ese almohadillado rústico tan italiano ahora sería único en Madrid.
      Un abrazo.

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  2. Hola Antonio:
    Coincido con Mercedes. Ha sido un descubrimiento el grabado (mitad/mitad) con la fachada original de Churriguera. Fue una pena su remodelación, aunque el resultado final tampoco está mal.

    Compruebo que la pérfida Isabel de Farnesio hizo de las suyas hasta el final. Si es que los bichos malos...

    Me sumo a lo que dices. Bárbara de Braganza fue una gran reina, quiero creer que su marido también fue un gran rey. Tal vez no son los suficientemente conocidos...

    Imagino que lo conoces. La estatua de Fernando VI que acompañada a la de su esposa Bárbara, obre de Benlliure, estuvo en la Plaza de San Antonio de Aranjuez, coronando la Fuente de la Mariblanca.

    Un abrazo y felicidades por toda la serie. Ha sido muy enriquecedora. Se aprenden muchas cosas.

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    1. Hola Jesús,
      Muchas gracias por el "peazo" comentario.
      Como le decía a Mercedes, ese almohadillado rústico ahora sería único en Madrid. Aunque no lo hubiera reformado Villanueva, después si que intervino Chueca Goitia al aumentarle el ático.
      Es cierto que me he centrado más en Bárbara que en Fernando pero hay un dato muy interesante sobre este reinado y es que las reformas emprendidas por ellos empezaron a dar sus frutos en el siguiente reinado de Carlos III.
      Al buscar la estatua de Bárbara he visto lo que dices sobre la de Fernando. No tenía ni idea. También estuve releyendo tu post del embarcadero real de Aranjuez que explicaría el contrapunto lúdico y el gusto musical de esta singular pareja.
      Añado el enlace a ese artículo.
      Gracias de nuevo y un abrazo

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  3. Hola Antonio,
    Coincido con los tres expertos. Esa fachada de Churriguera es preciosa y ciertamente sería única, pues no tengo noticias de que hubiera otra en Madrid con ese tipo de zócalo. Pienso que Villanueva, aquí, metió la pata hasta el cuezo al tratar de organizar una fachada más lisa, más plana y más "fisna".
    Felicidades por la trilogía de la bárbara Bárbara. Como todas tus investigaciones luso-madrileñas, aleccionadoras.
    Un abrazo.

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  4. Muchas gracias Manuel,
    Pues hay unanimidad en cuanto a la fachada de Churriguera. Y es que Madrid tiene mucha representación neoclásica y neo-neoclásica.
    Bárbara me cayó bien desde el principio aunque no era ninguna barbaridad la bárbara coplilla que el pueblo de Madrid, con su bárbara ironía, dedicó a su bárbara reina.
    Bárbaro abrazo

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  5. que interesante, no sabía nada pero no era de extrañar, españa y portugal son hermanas.. :)
    Gracias por esta para mi una curiosidad.
    Un saludo!

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado y bienvenido al blog.
      Un saludo

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  6. Hola Antonio,
    Para compensar el disgustillo con mi tocaya María Teresa de Braganza, hoy me he dado el gusto de leer el capítulo dedicado a María Teresa Bárbara de Braganza... ésta sí que fue una buena " pessoa en Madrid ", junto a su marido formaron una pareja " real " ibérica de lo mejorcito.
    Mi marido me transmitió la admiración por esta pareja cuando sólo éramos pareja de hecho que se dice ahora.
    Un saludo.
    .

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    1. Hola Teresa,
      ¡Qué alegría verte por aquí!
      Este es uno de los personajes de categoría en todos los aspectos. Has ido al lugar adecuado después del disgusto de tu tocaya :)
      Un saludo

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