martes, 12 de noviembre de 2013

Domingos Sequeira


Autorretrato de perfil. c. 1810.
Museu Nacional de Arte Antiga. Lisboa.

Se acaba de inaugurar en el Museo del Romanticismo la exposición temporal titulada "En el umbral de la modernidad Domingos Sequeira. Un pintor portugués (1768-1837)".

Esta exposición se inscribe dentro de la XI Mostra Portuguesa y es uno de sus platos fuertes. Pretende acercarse a la figura del artista portugués más importante del cambio de siglo y fundamental en la introducción del romanticismo pictórico en Portugal. Aún así es muy poco conocido entre nosotros ya que nunca antes había sido presentado en España.

Estudio para la ‘Vajilla Wellington’.
Pluma, pincel y aguada de tinta negra sobre papel, 1812.


Se exponen veintinueve pinturas y dibujos (procedentes del Museu Nacional de Arte Antiga, de Lisboa y del Museu Nacional Soares dos Reis, de Oporto) que ilustran los momentos clave de su trayectoria vital y profesional. Unos momentos que son, a su vez, cruciales para la historia portuguesa.

España y Portugal han vivido permanentemente dándose la espalda y al mismo tiempo recorriendo caminos paralelos en momentos tan cruciales como fue el de la superación del Antiguo Régimen. Ambos países compartieron la traumática experiencia de la invasión francesa, sus familias reales estaban emparentadas y vivieron casi en simultáneo la breve experiencia liberal y el regreso del absolutismo.

En este contexto, Domingos Antonio de Sequeira destaca por ser un pintor formado en el ámbito académico, que tiene la capacidad de evolucionar en una búsqueda personal incesante, marcada por muchas influencias y condicionada tanto por su  delicadeza dieciochesca como por su personal temperamento.

Estudio para ‘Leyenda del nacimiento de don Afonso Henriques’.
Pluma y aguada de tinta china sobre papel, 1802-1807.


En sus obras se sigue el rastro conceptual y estilístico del siglo XVIII, pero también las nuevas ideas asociadas al romanticismo, como el sentimiento de lo trágico, la utilización del presente como tema pictórico o la valoración del concepto de privacidad e intimidad.

La exposición está organizada en un recorrido cronológico, diferenciando tres grandes secciones: los primeros años de producción, el retrato y la etapa de madurez.

El recorrido comienza con los Estudios para la muerte de Cleopatra, donde observamos las influencias clasicistas recibidas durante su estancia en Italia. También podemos ver la evolución del género de la alegoría, género clásico y aristocrático al servicio del Antiguo Régimen, que desemboca en la representación de tiempos modernos como la Alegoría de Junot protegiendo la ciudad de Lisboa.

Estudio para una figura de Cleopatra muerta.
Carboncillo y tiza sobre papel marfil, 1791-1794


Alegoría de Junot protegiendo la ciudad de Lisboa.
Óleo sobre lienzo, 1808

La segunda sección tiene deliciosos retratos como el Mariana Benedita, hija del pintor, tocando la espineta o el de la Familia del I vizconde de Santarém, de serenas líneas y códigos de estética neoclásica, los románticos retratos de su mujer, hija y otros personajes o sus veraces autorretratos.

Mariana Benedita Vitória de Sequeira, hija del pintor,
tocando la espineta. Óleo sobre lienzo, 1822-1823

La familia del I vizconde de Santarém. Óleo sobre lienzo, ca. 1813

Mujer e hija de Sequeira. 1813-1814.

João Pedro Quintela. Carboncillo y aguada
de tinta negra sobre papel, 1812-1813.

Cuando los diputados de las cortes liberales redactaron y aprobaron la efímera constitución portuguesa de 1822, Sequeira retrata no sólo a los políticos que la hicieron posible sino también al pueblo portugués que acogió la primera experiencia de parlamentarismo liberal en el dibujo Entrada de público a una sesión de las Cortes.

Retrato del diputado João da Cunha Sotto-Maior.
Carboncillo y tiza sobre papel pardo, 1821
 

Entrada de público a una sesión de las cortes. 1821-1822


La tercera sección dedicada a la etapa de madurez muestra obras pintadas en Francia y en su retiro romano tras la breve experiencia liberal. Para el Salón de París de 1824 pinta La muerte de Camões, del que se expone un boceto preparatorio. Una célebre escena de La Divina Comedia de Dante le inspira el estudio del Ugolino y sus hijos en prisión, tema que se popularizó en el siglo XIX como alusión a los políticos despiadados.

Estudio para "La muerte de Camões". 1823-1824.

Estudio para ‘Ugolino y sus hijos en prisión’.
Pluma y aguada de tinta parda sobre papel, 1825-1830.


La pintura de los últimos años de su vida está dedicada, entre otras, a la temática religiosa de la que podemos ver la Coronación de la Virgen, de clara estética mística y una mancha con probables influencias del inglés Turner.

La Coronación de la Virgen (óleo sobre lienzo, 1820-1823)

Mancha: un naufragio (pincel y tinta parda sobre papel)

Espero que disfrutéis de la exposición y del descubrimiento de este gran artista portugués situado en el umbral de la modernidad y a caballo entre el Clasicismo y el Romanticismo, de manera similar a lo que supuso la figura de su contemporáneo, Francisco de Goya, en el ámbito español.


Fuente: Museo del Romanticismo

8 comentarios:

  1. Hola Antonio:
    Magnífico reportaje. No conocía nada de este artista (perdón por mi desconocimiento) y su obra me ha parecido impresionante. La "Coronación de la Virgen" me gusta especialmente. Sin duda, iré a verla. Gracias por darnos a conocer la muestra.

    Un abrazo, Jesús

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    1. Hola Jesús,
      No tienes que excusarte de nada. Es la primera vez que se presenta en España su obra, de manera que casi nadie la conocía (entre los que también me incluyo). La época que le tocó vivir con la llegada del romanticismo es especialmente atractiva.
      La coronación de la Virgen tiene, efectivamente, algo muy especial, como de otro mundo.
      Gracias y un abrazo

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  2. Hola Antonio, como ya te dije creo que iré a verla enseguida, me apetece mucho conocer a este pintor, y además es un museo y en un barrio que me encanta ir de vez en cuando, ya lo sabes.
    Me llevaré tu artículo para seguir la expo...
    Gracias por descubrirnos un artista.
    Un abrazo

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    1. Hola Mercedes,
      Creo que te va a gustar. Tiene cierto paralelismo con Goya, en lo personal y en lo artístico, sumamente interesante. Yo tampoco sabía nada de él. Seguro que vi algo suyo en el Museo de Arte Antiga de Lisboa pero no me quedé con su nombre y es que a veces vamos por los museos como turistas japoneses...
      Gracias a ti y un abrazo

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    1. Hola Carlos, aunque cada artista es un mundo, hay mucho paralelismo con última etapa de Goya, cercana a la abstracción.
      He actualizado el post con dos imágenes más.
      Un abrazo

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  4. Hola Antonio,
    Ya me tenía encantada la mirada tan dulce de la hija tocando la espineta... con la imagen de la mujer y la hija que has añadido ya soy incondicional de Domingos Sequeira.
    Creo que la exposición está teniendo un gran éxito y no es para menos. Con tu post nos muestras un gran pintor y grabador que merece ser conocido por los españoles, así como los libros de texto de los alumnos portugueses estudian a nuestro universal Francisco de Goya con el que cuentas que tenía mucho en común.
    Un abrazo.

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    1. Hola Teresa,
      Si que pone mucha dulzura en sus dibujos. Si se estudiase la historia y el arte de la península completa, otro gallo cantaría. El paralelismo con Goya está -además de en una época final casi abstracta- en la posición política que optó contra el absolutismo y los problemas que ello le causó en esa época tan convulsa.
      Gracias por tu comentario y un abrazo

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