miércoles, 21 de agosto de 2013

En busca de Pessoa (II)



Fernando Pessoa paseando por el Chiado.
Foto: Casa Fernando Pessoa.
 
Nuestro particular paseo pessoano toma nuevas fuerzas al entrar en la Praça do Rossio. En seguida nos encontramos delante de la joyería Ferreira Marques, donde los prometidos lisboetas tienen por tradición encargar sus alianzas de matrimonio.

Sabemos que Pessoa no estuvo prometido con su amada Ophelia Queiroz pero queremos pensar que la llama de pasión que los unía no sólo se alimentaba de las encendidas cartas de amor que el escritor la dirigía sino también del regalo de alguna joya, por pequeña que esta fuese.





Continuando por el lado Sur de la plaza atravesamos un arco por el que se accede a la Rua dos Sapateiros. Allí permanece la primera sala de cine lisboeta, el Animatógrafo do Rossio que con su fachada Arte Nova continúa hoy proyectando películas, actualmente de serie X. Lo incluimos aquí por la belleza de su fachada aunque no hay constancia de ninguna afición de Pessoa por el séptimo arte.



Ya de vuelta a la plaza y junto al arco antes aludido hay pequeña tasca llamada Tendinha, fundada en 1840. Muestra una encantadora escena de época en su fachada. ¿Tomamos un licor de ginginha?


 

En deportiva competencia por figurar como el comercio más antiguo de Lisboa, llegamos a la esquina de la Praça da Figueira con la Rua dos Correeiros donde está la Confeitaria Nacional desde 1829. Imposible resistirse a la tentación de probar alguno de sus pastelitos. 


 
 
Bajamos ya por la Rua da Prata, en plena Baixa, en dirección a la Praça do Comércio para entrar en uno de los lugares pessoanos por excelencia, el Café Martinho da Arcada. Allí se mantiene intacta la mesa donde Pessoa se sentaba y que inspiró el famoso retrato del escritor realizado por Almada Negreiros que ilustra nuestra cabecera. 
 
 

 
Preguntamos a un camarero por la mesa de Pe... y sin dejarnos acabar la frase nos dice amablemente, pero algo cansado ya de oír siempre la misma pregunta, que entremos por la última puerta.
 
 
 
Nos dirigimos con cierta emoción a la última puerta bajo la agradable sombra de las arquerías pombalinas y de golpe nos encontramos frente a frente con ella, sin mantel, con una taza de café, el azucarero, un vaso de absenta y algunos libros para releer esperándole.
 
 
 
 
 
 

Nos quedamos con ganas de saber mucho más de él, de conocer más lugares pessoanos. Cucky, nuestro particular rastreador ya ha hecho todo lo que podía y ahora nos dirigimos donde mejor nos pueden informar y donde tendremos una grata sorpresa, la Casa Fernando Pessoa...
 
Fernando Pessoa y Costa Brochado en el Café Martinho da Arcada.
Foto: Casa Fernando Pessoa.

Con João de Castro Osório en el Café Martinho da Arcada.
Foto: Casa Fernando Pessoa


Fotos: Filipa Iraizoz


4 comentarios:

  1. Hola Antonio, ¡me ha encantado el detalle de la mesa del café! me parece precioso y demuestra mucha sensibilidad (además de sentido práctico, por lo del turismo...) el conservar los objetos y el recuerdo de su gran escritor.
    Estáis disfrutando mucho el paseo en busca de Pessoa, se nota, gracias por compartirlo.
    Abrazos

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    1. Hola Mercedes,
      Pues todo empezó como una broma con la foto del perro y fue tomando forma según llegábamos al café Martinho.
      ¡Qué pena que nos queden tan pocos cafés literarios! Un mal entendido sentido del progreso fue devastador para Madrid y su cultura... y lo que te rondaré.
      Creo que ahí está la importancia de la labor que hacen personas como tu.
      Un fuerte abrazo

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  2. Hola Antonio:

    Vuelvo a llegar tarde, pero, ya se sabe, nunca es tarde si la dicha es buena. ¡Qué preciosidad de comercios, que bonito el cinematógrafo! Desde luego, el paseo merece la pena. Coincido con Mercedes en el tema de la mesa del café.

    Un abrazo, Jesús

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    1. Hola Jesús,
      Debes de haber estado por las antípodas, ¡como poco!. Bienvenido a la realidad de septiembre y me alegro de que te haya gustado el paseo hasta el café Martinho.
      Un abrazo.

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