lunes, 5 de noviembre de 2012

Los tapices de Pastrana

 
 



 
UN REPORTAJE A TODO COLOR


Los tapices de Pastrana son una espectacular serie de seis tapices flamencos del siglo XV, cuatro de los cuales miden cada uno 11 metros de largo por 4 de alto. Componen un reportaje a todo color sobre la conquista de las plazas del norte de África por Alfonso V de Portugal, que por estas hazañas recibió el sobrenombre de el africano.


Reflejan varias etapas de la toma de las ciudades de Arcila y Tánger por el monarca portugués junto a su hijo Don Juan, el príncipe perfecto, los nobles portugueses de la época y sus contrarios, los defensores de esas plazas. Estas son: Desembarco en Arcila (20 de agosto), Cerco de Arcila (24 de agosto), Toma de Arcila (24 de agosto) y Entrada en Tánger (28 de agosto).
 
 
 

 

INTERÉS HISTÓRICO

Los tapices fueron tejidos en seda y lana, casi con toda probabilidad, en los telares flamencos del prestigioso taller de Passchier Grenier en Tournai por encargo del mismo Alfonso V. Además, los cuatro paños son de gran interés histórico como documento de su época. En su parte superior muestran unas largas leyendas que explican las escenas, menos el cuarto tapiz, que ha perdido dicha parte. Se tejieron pocos años después de los hechos representados.

Se sabe muy poco de la procedencia de estos paños. Aunque no existen documentos que lo demuestren, las similitudes con otros tapices procedentes de este afamado taller flamenco apuntan en esa dirección.

Tampoco está clara la autoría de los cartones aunque se han atribuido al pintor de corte Nuno Gonçalves, autor de las seis fascinantes tablas góticas conocidas como Paneles de San Vicente, por la similitud que hay entre sus retratos y los que aparecen en los tapices.


Paneles de San Vicente. Nuno Gonçalves.
Museu de Arte Antiga. Lisboa

Fragmento de retratos en los paneles de San Vicente.


Que los tapices narrasen hechos históricos contemporáneos era algo muy insólito en esa época frente a la temática al uso limitada a escenas bíblicas y mitológicas, lo que convierte en excepcional esta serie. No sólo facilitan información sobre los personajes que aparecen representados, sino que también proporcionan datos de interés relativos a los uniformes y las armas de los portugueses y su flota retratados con extrema fidelidad. Nos muestran escenas bélicas donde aparecen soldados, armas, estandartes, combates, embarcaciones, ciudades y escudos y donde se reconocen claramente al rey Alfonso V y a su hijo el príncipe Don Juan.
 
 
 
 
 

Es incierta la forma en la que los paños llegaron a la Colegiata de Pastrana y existen varias hipótesis al respecto. Algunos piensan que formaron parte del botín español obtenido en la batalla de Toro del 1 de marzo de 1476, que enfrentó a los Reyes Católicos con Alfonso V -casado entonces con Juana la beltraneja- en la lucha por el trono español, o que se trata de un obsequio personal del monarca portugués al cardenal Mendoza como gesto de gratitud por su postura con los prisioneros lusos. Otros creen que el monarca portugués no los llegó a recibir nunca y que pasaron directamente al patrimonio de Felipe el Hermoso, duque de Borgoña, que los traería a España al aceptar la corona española en nombre de su esposa. A su muerte en 1506 serían vendidos en pública almoneda, quedándose con ellos el duque del Infantado.






 

El único dato que se conoce a ciencia cierta es la fecha en que fueron donados por el duque del Infantado a la Colegiata de Pastrana, iglesia elevada a esa categoría por el patrocinio de D. Rui Gomes da Silva, príncipe de Éboli y I duque de Pastrana. Está documentado que en 1628 se encuentran ya en el palacio de los duques del Infantado en Guadalajara y que en 1664 la familia Mendoza los cede a la Colegiata de Pastrana. Ahora, un equipo de investigación trata de establecer qué itinerario previo siguieron hasta figurar en la testamentaría del duque en 1630.
  



 
 
 
 
 
Por su extraordinaria calidad y estilo, los expertos afirman que fueron realizados, entre 1475 y 1480, bajo la dirección de Passchier Grenier, el más prestigioso marchante de arte de Tournai en la época: un solo tapiz de estas características costaba el precio de tres carabelas. Vencedores y vencidos quedan reflejados en actitudes ajenas al triunfalismo o a la humillación, sin exasperaciones ni merma de la dignidad.

 
 


Para los portugueses tienen el valor que aquí atribuimos al cuadro de Las Lanzas de Velázquez. Para la historia del arte son piezas únicas.
 




Olvidadas del mundo en la Colegiata de la Villa Ducal de Pastrana, a principios del siglo XX los historiadores de arte portugueses José de Figueiredo y Reynaldo dos Santos las volvieron a “encontrar” en Pastrana. El dictador Oliveira Salazar adquirió para el Estado portugués las copias que en tiempos de Manuel Azaña se habían encargado a la Fábrica Nacional de Tapices. Las reproducciones están hoy en el Palacio de los Duques de Bragança de Guimarães.









RESTAURACIÓN PREMIADA

Por iniciativa de la Fundación Carlos de Amberes , los tapices, pasto de las polillas, fueron restaurados por la Real Manufactura De Wit de Malinas en 2009. Durante 2010 fueron expuestos en el Museo de Arte e Historia de Bruselas, en el Palacio del Infantado de Guadalajara, en el Museu de Arte Antiga de Lisboa y en el Museo de Santa Cruz de Toledo. Se presentaron en las salas de la Fundación Carlos de Amberes de Madrid en 2011-motivo por el cual los traemos a estas páginas- para después viajar a Estados Unidos y mostrarse en la National Gallery de Washington, el Meadows Museum de Dallas, San Diego e Indianápolis.

 
 


El proceso de restauración de estas obras –conservación curativa, lo llaman los expertos– contó con el patrocinio del Fondo In Bev-Baillet Latour (que protege el patrimonio belga) y de la Fundación Caja Madrid, que aportaron 50.000 euros cada una para la empresa, que tuvo un coste total de 150.000 euros.


El premio Europa Nostra por este proyecto fue entregado a la Fundación Carlos de Amberes en el Concertgebouw de Ámsterdam, el 10 de Junio de 2011.


Los tapices en el Museu de Arte Antiga. Lisboa.
Foto: Europa Nostra


Queremos finalmente llamar la atención sobre el larguísimo periplo americano que, tras la restauración, han impuesto a tan delicados tapices que hasta 2013 no volverán a España y a la necesidad de acondicionarles, a partir de ahora, un lugar expositiva y técnicamente adecuado para ellos en Pastrana que albergue, esperemos que definitivamente, esta joya del arte gótico.


Fuentes

hoyesarte.com
Fundación Carlos de Amberes
Europa Nostra

14 comentarios:

  1. Hola Antonio,
    Son preciosos y máxime pensando en la labor ímproba que conllevan. Son como "fotografías bordadas" de la época.
    Lo dicho, una maravilla de tapices.
    Felicidades por el post. Un abrazo.

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    1. Hola Manuel,
      Gracias por el comentario, que viniendo de un experto en el detalle como tu, tiene doble valor. Se me ocurre una exposición alucinante -muy a la moda- juntando los paneles de S. Vicente con los tapices pastraneros ¿Qué te parece?
      Un abrazo.

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  2. Hola Antonio:
    Los tapices son preciosos y, como bien dices, únicos, por su antigüedad, magnífica calidad y temática singular. Con todos mis respectos para Pastrana, creo que los tapices merecerían ser instalados en un lugar "más cosmopolita". Coincido contigo en que el periplo americano es demasiado largo. Ah!! y el dato de las carabelas no puede ser más esclarecedor.

    Felicidades. Un abrazo, Jesús

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    1. Hola Jesús,
      Lo de Pastrana es un caso. Todo esto comenzó cuando la Fundación Carlos de Amberes quiso hacer una exposición de tapices flamencos y se acordó de ellos. Al ver que en la Colegiata estaban medio devorados por la polilla -los bichos alcarreños deben ser muy trabajadores- no tuvieron más remedio que restaurarlos. Supongo que el periplo americano tiene relación con sacar rentabilidad al proyecto.
      El misterio de cómo llegan a manos de los Mendoza es intrigante. El caso es que como no cabían en el palacio de Guadalajara los arrinconaron en su "feudo" de Pastrana. A ver si la serie Isabel nos dice algo!!!
      Gracias y un abrazo.

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    2. El problema actual es que se va a modificar la estructura de la Colegiata agregando un volumen por su lado Este para tener el alojamiento adecuado. Es decir, se va modificar un monumento arquitectónico para ese fin.
      Los tapices estuvieron en Ginebra por la Guerra y hasta 1950 el gogierno no los retornó a Pastrana.
      No está nada clara la propiedad.

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    3. Hola Fernando,
      Gracias por tu comentario y bienvenido al blog. En principio me parece buena noticia que la Colegiata de adecúe y amplíe para cumplir mejor su función museística. El hecho de ser monumento no debe ser un impedimento sino un aliciente más para su mejora en beneficio de la Villa Ducal. Sabía lo de Ginebra pero no las dudas sobre su titularidad. Ya nos contarás más detalles.
      He visto tu estupenda web sobre Pastrana y sólo te pediría que hagais más incapié sobre el verdadero artífice del desarrollo de la Villa que fue Rui Gómez de Silva, el príncipe de Éboli y I duque. Se podría comenzar a hacerle justicia denominado al Palacio "de los príncipes de Éboli" y no "de la princesa de Éboli".
      Un cordial saludo.

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    4. Hola, a mí me da miedo que se altere la volumetría de la Colegiata.
      Sobre la propiedad de los Tapices. En 1665 la cesión o legado estaba condicionada a que se expusieran, junto a otros muchos, en las calles y durante la procesión del Corpus. MI madre me dijo que cuando era pequeña, se cubrían de paños de la iglesia los dos laterales hasta la plaza de la Hora. Luego, avatares nunca bien aclarados han terminado con la desaparición de muchos de esos tapices. Algunos, se dice, están en Segovia y Zaragoza pero no tengo constancia.

      Saludos y adelante, FJO

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    5. Hola Fernando,
      Gracias por la estupenda información histórica que nos das. En relación con la ampliación de la Colegiata, hay que confiar en los estupendos arquitectos que se dedican a estos menesteres, como por ejemplo A. Fdez. Alba y C. Clemente que han restaurado el Palacio Ducal (¡de los príncipes de Éboli, por favor!)con un resultado, desde mi punto de vista, excelente.
      Saludos.

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  3. Hola Antonio, qué pena que no vi estos tapices en la Fundación de Amberes, deben ser una maravilla.
    Es increíble, cuántos misterios esconden las obras de arte!
    Precioso post, ¡gracias!
    abrazos

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    1. Hola Mercedes,
      Yo tampoco los vi y estoy deseando que vuelvan de su largo viaje para verlos (me temo que en Pastrana). Es curioso cómo su historia, como una carambola, acaba relacionándose accidentalmente con la de España.
      Gracias a ti y un abrazo.

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  4. Soberbio reportaje! Siempre que iba por Pastrana me quedaba admirado, no me podía creer que esa maravilla estuviese allí medio perdida.

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    1. Gracias Carlos, tienes razón pero parece que las cosas van a cambiar y ahora tienen que acondicionar un espacio adecuado para ellos.
      Un abrazo

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  5. Tuve ocasión de ver los tapices en el Museo de Santa Cruz de Toledo y reconozco que me impresionaron y despertaron mi curiosidad, por lo que durante un tiempo busqué información sobre ellos. Me extraño un poco la información sobre las malas condiciones que presentaban antes de su restauración pues tengo unas imágenes de 1985 de alguno de ellos que tienen muy buen aspecto.
    Intenté buscar información sobre uno de los tipos de escudos que aparecen en ellos que denominan "rodicio" que es una especie de aspersor. La información de la exposición lo relacionaba, para mi gusto sin fundamento, con la rueda de santa Catalina. La verdad es que no conseguí saber su significado. Excelente el artículo que me anima a curiosear un poco más...

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    1. Hola Concha, gracias por tu visita y el comentario, del que se aprenden más cosas sobre los tapices.
      Parece que, a criterio de la Fundación Carlos de Amberes, se encontraban en mal estado e incluso atacados por polilla, lo que les llevó a promover la restauración. Un poco más arriba de tu comentario, Fernando Jabonero, pastranero, cuenta cómo se exibían en el exterior durante la procesión del Corpus lo que, aparte de su belleza, creo que conllevaría muchos riesgos para su buena conservación.
      Aprovecho para felicitarte por tu magnífico blog, del que soy asiduo lector y del que no se para de aprender.
      Un saludo

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