martes, 4 de noviembre de 2014

Santa Isabel de Portugal, por Pereira

Santa Isabel de Portugal

Santa Isabel de Portugal, hija del rey Pedro III de Aragón y nieta de Jaime I el conquistador, recibió el nombre de su tía abuela santa Isabel de Hungría, canonizada en 1235 y con quien a veces se confunde su iconografía. Se casó con el rey D. Dinis de Portugal soportando con paciencia los ultrajes de su belicoso e infiel marido. 

Reina ejemplar, tenaz y prudente, llegó a interponerse en pleno campo de batalla entre su hijo y su marido enfrentados por el poder y se distinguió por su amor a los pobres y su caridad incansable. Muerto el rey en 1325, tomó el hábito terciario de San Francisco y mandó construir en Coimbra un convento de clarisas  donde terminó sus días en 1336. Fue canonizada en 1625 por el papa Urbano VIII.




El "milagro de las rosas", común a santa Isabel de Hungría, a santa Casilda y a san Diego de Alcalá, aparece en todas las narraciones de su vida: Cierto día la reina llevaba disimulada en sus ropas una gran cantidad de monedas para dar a los pobres. Al encontrase con el rey, quien le había prohibido dar limosnas, dijo apurada que sólo llevaba flores ("¡são rosas!") pudiendo, efectivamente, mostrar a su esposo un manojo de rosas.

Traemos este personaje a nuestras páginas porque la exposición de obras de arte que Patrimonio Nacional exhibe actualmente en el museo de la Fundación Gulbenkian de Lisboa, a la que hicimos referencia en el anterior post, nos ha dado la oportunidad de conocer, a través de su página web, una obra excepcional del escultor barroco portugués, afincado en Madrid, Manuel Pereira que nos pasó inadvertida en el estudio de su obra y estaba ausente en los inventarios consultados.



Su procedencia es del monasterio de Clarisas Descalzas de Madrid (Descalzas Reales) más concretamente de su sala capitular donde antiguamente se reunía la comunidad en capítulo para tratar los asuntos de especial importancia.

En esta sala se exponen algunas de las esculturas de mayor calidad del monasterio, con obras de Pedro de Mena, Gregorio Fernández, Sebastián Herrera BarnuevoJosé Risueño y Manuel Pereira.


La talla que nos ocupa está realizada a escala natural y reune todas las características que tanto nos gustan del escultor portugués: un naturalismo sin afectación, arrogancia en su apostura, esbeltez, elegancia y la justa cantidad de realismo dramático y de dulzura. Su estado de conservación es extraordinario. 

Manuel Pereira (1588-1683). Santa Isabel de Portugal. c. 1625.
 Madera tallada policromada. 180 x 88 x 55 cm. 
Monasterio de las Descalzas Reales. Inv. 00612119.
Fotos: Fundación Gulbenkian.


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Fuentes:

Museu Calouste Gulbenkian
Museo del Prado
Patrimonio Nacional. Monasterio de las Descalzas Reales.

9 comentarios:

  1. Menudo hallazgo, Antonio. La escultura parece magnífica, a ver si podemos verla cuando vuelva a Madrid...
    Abrazos

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    1. Es cierto, merece la pena una visita (otra más) al monasterio a la búsqueda de la escultura. Por el tamaño que tiene debe ser espectacular. ¿Qué historia esconderá por detrás esta obra de Pereira, quien se lo encargó, habría alguna vinculación con el monasterio de clarisas de Coimbra, se tallaría el mismo año de la canonización de la santa, como sugiere la datación?
      Abrazos

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  2. Hola Antonio.
    ¿Cómo era posible que no conociese esta obra tan bella? Menos mal que te tenemos a ti, cual sagaz sabueso, dispuesto a descubrirnos todas las obras que se conservan del gran Pereira. Es una escultura magnífica y es toda una suerte que la tengamos en Madrid (es una pena que las Descalzas Reales -y Patrimonio en general- no disponga de una web que nos muestre a fondo todos sus tesoros).

    Felicidades por el descubrimiento. Abrazos, Jesús

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    1. Ahhhhh! Y felicidades por esa foto tripartita tan bien traída. Una idea muy buena que sin duda tomaré prestada, jeje

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    2. Hola Jesús,
      No me extraña nada que se nos haya pasado inadvertida esta obra de Pereira al común de los mortales visitantes de la Descalzas. Habré ido unas cuantas veces en mi vida, cuando vivía a escasos metros de allí y también después. Pero siempre tuve la sensación de no poder abarcar bien todo lo que está expuesto. Hay una profusión de obras impresionante y, siendo una muestra excepcional de una época, creo que museográficamente hablando no obedece a los criterios pedagógicos actuales. A pesar de eso yo no tocaría nada durante unos cuantos siglos más. Esa web de obras completa sería realmente apabullante y necesaria.
      Gracias por tu comentario y por lo de la foto tripartita, aunque la palabra traiga recuerdos no tan buenos...
      Un abrazo

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  3. Hola, Antonio. Me ha gustado mucha esta delicada y elegante escultura de la Rainha Santa, por la que tengo gran devoción por ser paisana mía, nacida en el palacio zaragozano de la Aljafería. No he dejado de incluir a esta reina de Portugal e infanta de Aragón, hija de Pedro III, en mi libro 50 santos para llevar en el bolsillo, y también a su pariente santa Isabel de Hungría.
    Espero poder admirar esta imagen cuando vuelva al monasterio de las Descalzas Reales.
    Un abrazo
    Antonio

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    1. Gracias Antonio por el comentario. Su biografía es muy atractiva por tener también un fuerte carácter con el que no dudaba en ir al campo de batalla a poner paz en su familia. Parece que la escultura ha pasado desapercibida a todo el mundo en las Descalzas, a pesar de su gran tamaño. Aún tengo pendiente comprar tu último libro pero lo solucionaré rápidamente.
      Un abrazo

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  4. Gracias, Antonio, por este descubrimiento. Merece la pena dar a conocer todo lo que hizo este gran escultor luso-español poco reconocido internacionalmente. Es muy interesante la vida de Isabel de Portugal, y ese milagro de las rosas que comparte con Isabel de Hungría. Saludos cordiales.

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    1. Gracias a ti Carlos, por tu comentario. En realidad no he descubierto nada. ¡Cuantas veces habremos pasado por delante de esta escultura en la sala capitular de las Descalzas sin darnos tiempo de procesar todo lo que hay allí!. Menos mal que este viajecito a Lisboa ha desempolvado algunas piezas fabulosas de Patrimonio Nacional.
      El personaje de Isabel de Portugal daba para una buena peli.
      Un abrazo

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